Segundo Domingo de Adviento

Este Domingo nos concentramos en el Amor. Tanto nos amó Dios que nos dio a su Hijo único para reconciliarnos con Él. Qué gran misterio. Y ese amor tiene que ser correspondido. Hay un obrar de Dios hacia el hombre y tiene que haber un obrar del hombre hacia Dios. Es lo que no recuerda la lectura del Evangelio. Una preparación para recibirlo, para que nazca en nuestros corazones.

Ha resonado una voz en el desierto: Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos. Todo valle será rellenado, toda montaña y colina, rebajada; lo tortuoso se hará derecho, los caminos ásperos serán allanados y todos los hombres verán la salvación de Dios....Lc 3, 1-6

Y es lo que hemos querido explicar a nuestros niños. Nos preparamos de manera práctica, tratando de obrar siempre el bien. Nuestro recto comportamiento para con nosotros mismos y los demás es el mejor modo de preparación.

Actividad: Preparando el Pesebre con Buenas Obras

Materiales:

Palitos de helados
Heno, pedacitos de cuerdas o cualquier otro material que haga las veces del heno sobre el que reposó el cuerpecito del Niño Jesús.
Pegamento
Bebé miniatura (que se colocará ya a partir de la noche buena o el día de Navidad)

Proceso

Hacer 2 conjuntos de 4 palitos, cada uno, y pegarlos por los extremos como se ven en las imágenes.

Con otros palitos formamos dos conjuntos en forma de "X".

Nuestras formas de "X" serán el soporte de nuestro pesebre. Procedemos a unirlos con los conjuntos de palitos, ya armados previamente. Ya nuestra cuna-pesebre va tomando forma.

Resultado Final: Una vez terminado nuestro pesebre es hora de las buenas acciones. La idea es que a cada buena obra sean los mismos niños quienes pongan el heno, de trocito en trocito. Para los niños, será el resultado visible de su preparación hasta la noche buena o el día de Navidad. Decimos niños, pero también los mayores debiéramos involucrarnos con este u otro método. Nunca será bastante la preparación para recibir a Jesús.