En el Evangelio de esta semana Jesús nos da la lección del servicio. La familia, como bien sabemos todos, es un ambiente espléndido donde se aprende a servir. Tenemos en todo tiempo y situación necesidad de servir y también "ser servidos" pero no a modo de esclavos sino por el principal motivo de todos: el amor. Y desde este núcleo familiar irradiar ese saber servir hacia afuera, para con nuestro prójimo.
Enumeramos algunas formas en que nos servimos unos a otros, en familia:
Ayuda entre hermanos a cambiarse la ropa, cepillarse los dientes, arreglando la cama, poniendo en orden la habitación, etc.
Ayudando a nuestros padres en las tareas de la casa, en la cocina, poniendo la mesa, limpiando las distintas habitaciones, etc.
Compartir lo propio con los demás.
Animar y consolar cuando los demás están tristes
Actividad para visualizar el Acto de Servicio
Materiales:
Caramelos de nuestro gusto
Cubitos de hielo
Proceso:
Es una actividad en la que se usa los estímulos de tipo sensitivo para ejemplificar lo que causa el habito de servir a los demás y qué el egoísmo.
Dejamos que prueben unos cuantos de sus caramelos preferidos. Por supuesto que ellos admitirán que están riquísimos y placenteros al paladar.
Una vez terminados los caramelos, pasamos a darles unos cubitos de hielo para que los chupen hasta terminarlos por completo.
Y una vez ellos hayan terminado con el hielo nuevamente los invitamos a probar sus caramelos. Algo ha pasado, el paladar no siente el mismo dulzor que antes, debido al entumecimiento del mismo. Pareciera que eso tan dulce que encantaba a los niños, apenas y produzca efecto alguno en ellos.
Y es cuando se aprovecha para explicarles sobre el servicio y su contrario que es el egoísmo.
El servir produce siempre una alegría, una dulzura, una especie de satisfacción muy profunda. Los actos de egoísmo, en cambio, nos endurecen, nos entumecen ese natural gusto por el bien, hasta tal punto que el servicio nos parece tan soso que nos cuesta realizar todo acto de servicio.
Actividad extra.
Este fin de semana sirvió para dar a los niños una oportunidad de ayudar a mamá en la cocina. Claro que no pueden hacer aún algunas cosas, pero estuvieron muy contentos de participar en la preparación de la ensalada.
Proposito para esta semana:
Preguntarnos ¿qué hacer para poder servir a los demás? y no quedarnos en la pregunta sino A PONERLO EN PRÁCTICA.
Muchas bendiciones.
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