Iniciada la Cuaresma, con el Miércoles de Ceniza, queremos, este primer Domingo, centrarnos en la penitencia (sacrificio, ofrenda o como quieran llamarla).
¿En qué consisten las penitencias y por qué lo hacemos? ¿Cómo podemos practicarlos en familia?
Pero ante todo, la pregunta clave: Si Jesús sufrió-murió de una vez para siempre por nosotros, por qué debemos ofrecer sacrificios.
Lo cierto es que, como decía San Agustín, el Dios que te creo sin tí no puede salvarte sin tí. Sin esa participación activa en nuestra redención, la pasión de Cristo no se aplica en nosotros. Tenemos que trabajar como si nuestra salvación dependiese 100% de nosotros, sabiendo que depende 100% de la gracia de Dios.
Como su nombre lo dice el sacrificio cuesta, duele, se nos hace pesado. Si no fuese así, no sería sacrificio. Ejemplos los hay a montones sin necesidad de entrar en extraordinarias.
Ofrecer una sonrisa en lugar de rostros molestos, poner menor cantidad de azúcar en mi café, evitar el mismo café o postres, etc. etc. No obstante nuestro mayor sacrificio será el trabajar de lleno en corregir, evitar aquello que sabemos nos separa de Dios y de los demás.
En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y conducido por el mismo Espíritu, se internó en el desierto, donde permaneció durante cuarenta días y fue tentado por el demonio. No comió nada en aquellos días, y cuando se completaron, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan". Jesús le contestó: "Está escrito: No sólo de pan vive el hombre".
Actividad: Mis pequeños sacrificios
Materiales
Frijoles negros o el tipo que deseen
Cuenco para meter los frijoles
Lazos morados para decorar el cuenco
Proceso
En un contenedor adecuado pondremos nuestros frijoles. Usaremos el otro cuenco decorado con el lazo morado como recipiente donde pondremos uno a uno nuestros frijoles como símbolos de nuestros sacrificios.
Esta actividad es parecida al de los palillos de navidad. En este caso usamos los frijoles. Es sencillo y muy simbólico para los niños. Entienden que cada uno de esos granos representan algo que ellos u otros en la familia ofrecen. Esto durante toda la cuaresma hasta el Domingo de Resurrección donde esos granos se convertirán en caramelos.
Que este tiempo de Cuaresma sea de mucho provecho espiritual para vuestro hogar. Y que esos pequeños sacrificios nos ayuden a todos a cercarnos de todo corazón a Jesús crucificado.
Nos encantaría escuchar sus tradiciones o saber que hacen en familia durante esta temporada de Cuaresma.
Propósito para esta semana:
Hacer pequeños sacrificios para reparar las ofensas que se le hacen a Jesús.
Muchas bendiciones para todos.
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